viernes, 21 de marzo de 2008

La Pasión y Muerte de Cristo

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Fuente:Encuentra.com

 

El misterio pascual es el culmen de la revelación y actuación de la misericordia Divina

 

 

 

 

Hoy Viernes Santo, donde Cristo se inmolo por nosotros, les dejo un articulo que encontré en la página encuentra.com

Por Pbro. Dr. Enrique Cases
El relato de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor ocupa un lugar predominante en los cuatro evangelios. Es la parte más extensa. En los comienzos, cuando una persona se acercaba a la Iglesia con el ánimo de conocer la Buena Nueva, se le explicaban, ante todo, los sucesos de nuestra Redención, realizada por Jesucristo con su Pasión y Muerte y, sobre todo, con su Resurrección de entre los muertos.
El relato de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo (Misterio Pascual) constituye el núcleo de la predicación cristiana, desde los comienzos. Los restantes datos, que nos narran los evangelios, se fueron incorporando después a esa predicación.
Es probable que las dos «confesiones de fe» más antiguas del Cristianismo fueran: la narración de la Eucaristía y la de la Resurrección. A partir de esas confesiones, es posible que se formara el relato central. Esas confesiones de fe habrían dado testimonio de una serie de hechos:
- la conspiración para apoderarse del Señor y entregarle;
- la Cena;
- el prendimiento;
- la Muerte y la sepultura;
- la Resurrección.
Es muy importante destacar que todos estos relatos expresan la fe de la Iglesia en el designio salvador de Dios.
Jesús, en la última Cena, manifestó claramente que su muerte iba a ser un sacrificio por los hombres y que constituiría la Nueva y Eterna Alianza entre Dios y el Nuevo Pueblo, que es la Iglesia.
Como en el Sinaí, la sangre de las víctimas selló la alianza de Yavé con su pueblo, así también, sobre la Cruz, la sangre de la víctima perfecta. Jesús, va a sellar entre Dios y los hombres la Alianza -Nueva-.
Con la Nueva Alianza que instituirá la muerte de Cristo, cumplirá Dios su promesa, anunciada por los profetas, de salvar a su pueblo y librarlo de sus pecados. Aunque hay que añadir que Jesús se atribuye la misión de redención universal, es decir, que ha venido a salvar a todos los hombres.
Desde la perspectiva de la Resurrección se comprenden los sufrimientos y la muerte de Jesucristo, el Hijo de Dios. No constituyen, en efecto, el fracaso de un hombre, sino que por la aceptación obediente se convierten en fuente de salvación para todos.
En la Pasión y Muerte del Señor se cumplieron todas las profecías sobre el Mesías Salvador, pero además se descubre, como no lo había sido hasta entonces, el amor de Dios por los hombres.
El relato de la Pasión no se puede separar del de la Resurrección porque Cristo va a triunfar. A los ojos de los que le rodeaban parecía una derrota y un fracaso pero nunca estuvo tan cerca del triunfo definitivo como entonces. La Pasión es el camino de la Gloria. Pasión y Resurrección son dos fases de un mismo MISTERIO: poner fin a la Alianza Antigua e inaugurar el Reino de Dios.
Se hizo por nosotros obediente hasta la muerte y muerte de cruz.
LA MUERTE DE CRISTO HABIA SIDO PROFETIZADA
Muchos son los lugares donde los profetas dicen que el Mesías debía sufrir por los pecados del Pueblo. El mismo Cristo resucitado explica a los de Emaús que era preciso que el Mesías padeciese «y comenzando por Moisés y por todos lo s profetas les fue declarando cuanto a El se refería en todas las Escrituras» (Lc. 24, 27) Son característicos los textos del profeta Isaías que forman el llamado Poema del Siervo de Yavé. Así, dirá: «Maltratado y afligido no abrió la boca, como esclavo llevado al matadero y como oveja muda ante los trasquiladores. Fue arrebatado a un juicio inicuo, sin que nadie defendiera su causa cuando era arrancado de la tierra de los vivientes y muerto por las iniquidades de su pueblo, e hicieron su sepultura con el malvado y con el rico su sepulcro, aunque él no habla cometido violencia, ni hubo engaño en su boca» (]s. 53, 7-9) La claridad de esta profecía es meridiana conociendo lo que después sucedió.
JESUS PREDICE SU PASION
Jesús anuncia tres veces a los suyos que va a morir, especificando el motivo de su muerte: «Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para sufrir mucho de parte de los ancianos, de los príncipes, de los sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y al tercer día resucitar» (Mt. 16, 20) Los discípulos no entendieron entonces lo que les quería decir; lo entendieron al ver a Cristo resucitado, cuando se les apareció y les explicó las Escrituras.
Nadie ama más que el que da su vida por sus amigos.

jueves, 20 de marzo de 2008

Rompiendo Limites





"... al final junto con el vas a seguir rompiendo los limites"








"Bueno...
Son muchos los obstáculos que vemos en el camino
puerta que se abren y cierran en tu cara sin ninguna explicación,gente que te da la mano y de la noche a la mañana te da la espalda dejando heridas que parecen no tener sanidad,personas que se disfrazan de ovejas y terminan siendo lobos,caminos con barreras,con muros son caminos obscuros que parecen no tener salida,son situaciones que te llevan al punto de la desesperación donde sientes frustración y quieres rendirte,donde llegas al punto donde quieres dejar todo y enganchar los guantes para salir corriendo ahí es donde viene esa voz que te engaña y busca hacerte olvidar lo que has recorrido,diciéndote que tu tiempo esta perdido,que te rindas que no vale la pena seguir luchando esa voz que solo busca ponerte limites.
pero ahí llega el momento de la calma en donde te das cuenta en que no todo el camino ah sido malo que aunque parezca una calle sin salida realmente ah sido un desvió temporero,ahi es donde se encuentra esa mano que te da aliento,la mano del que nunca falla el que es 100% fiel,que aunque el mundo entero te traicione el nunca te traicionaría,donde escuchas la voz que es suya la venganza,que te dice que no te preocupes,que el te devolverá todo lo que te han quitado,que te hace entender que esto es parte del proceso y que es necesario que esto ocurra,que te dice que confíes en el y no en los hombres,una voz que te consuela,una voz que conoce tu corazón y todo lo que en el esta escondido,que te dice que tu puedes,que el te dará la fortaleza,que te dice que seas diferente,que te motives a mantener la diferencia,te dice que no temas porque al final junto con el vas a seguir rompiendo los limites."

Triple Seven - Rompiendo Limites Intro

Este intro de un grupo cristiano de regueton se aplica muy bien a la confianza que muchos hombres -donde me incluyo- tienes sobre los hombre (en general, hombres y mujeres). Esa confianza a ciegas que al final se ve como le dan la espalda, también de gente que uno piensa que son buenas pero son malas, es decir, que nos lleva por un camino de perdición, de las drogas, del alcohol y de todos aquellos vicios que nos sacan del camino de Cristo.

También de aquellos "caminos con barreras,con muros son caminos obscuros que parecen no tener salida", de aquellos pensamientos o ideologías que quitan libertad que no puedes quererte y amar al prójimo, aquellas ideologías del odio que al final nos ponen limites.

Pero en compañía de Cristo Rey y Maestro, esos limites se van a romper, el cual es siempre fiel y no nos da la espalda, el cual nos ama con todo para dar su vida por nosotros. En Cristo tenemos que apoyarnos, junto con el tenemos que llevar nuestra cruz como lo hizo aquel judío cuando el propio Jesús estaba herido y agonizando. En Cristo tenemos que confiar todos nuestros secretos y nuestras cosas. En Cristo tenemos que pedirle consejos. En Cristo tenemos que guiarnos por el camino verdadero que es Él.

domingo, 16 de marzo de 2008

Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

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Fuente:encuentra.com

 

"¡Bendito el Rey que viene en nombre del Señor! ¡Paz en el Cielo y gloria en las alturas!"

 

De las Disertaciones de San Andrés de Creta,obispo

Bendito el que viene en nombre del Señor
Andrés de Creta nos exhorta a salir al encuentro de Cristo que, libremente y por amor, se encamina hacia la cruz. Pero esta decisión de buscarle hasta hallarle debe ser espontánea, buscada y querida, también, por amor. En medio de los afanes cotidianos de nuestra vida ordinaria, tendremos pruebas; pasado el tiempo, sentiremos ansias de vivir mientras nos vemos declinar hacia la muerte. Pero, en el camino, no hemos de esperar otra gloria que la que él tuvo: la cruz. Quererle seguir es alcanzar una cierta semejanza con él en su oblación. Casi al término de esta Cuaresma, mientras avivamos nuestros deseos de transfigurarnos en él, seremos hechos «nuevos», si consentimos participar en su cruz.

Venid, subamos juntos al monte de los Olivos y salgamos al encuentro de Cristo, que vuelve hoy desde Betania, y que se encamina por su propia voluntad hacia aquella venerable y bienaventurada pasión, para llevar a término el misterio de nuestra salvación.

Viene, en efecto voluntariamente hacia Jerusalén, el mismo que, por amor a nosotros, bajó del cielo para exaltarnos con él, como dice la Escritura, por encima de todo principado, potestad, virtud y dominación, y de todo ser que exista, a nosotros que yacíamos postrados.

Él viene, pero no como quien toma posesión de su gloria, con fasto y ostentación. No gritará dice la Escritura, no clamará, no voceará por las calles, sino que será manso y humilde, con apariencia insignificante, aunque le ha sido preparada una entrada suntuosa.

Corramos, pues, con el que se dirige con presteza a la pasión, e imitemos a los que salían a su encuentro. No para alfombrarle el camino con ramos de olivo, tapices, mantos y ramas de palmera, sino para poner bajo sus pies nuestras propias personas, con un espíritu humillado al máximo, con una mente y un propósito sinceros, para que podamos así recibir a la Palabra que viene a nosotros y dar cabida a Dios, a quien nadie puede contener.

Alegrémonos, por tanto, de que se nos haya mostrado con tanta mansedumbre aquel que es manso y que sube sobre el ocaso de nuestra pequeñez, a tal extremo, que vino y convivió con nosotros, para elevarnos hasta sí mismo, haciéndose de nuestra familia.

Dice el salmo: Subió a lo más alto de los cielos, hacia oriente (hacia su propia gloria y divinidad, interpreto yo), con las primicias de nuestra naturaleza, hasta la cual se había abajado impregnándose de ella; sin embargo, no por ello abandona su inclinación hacia el género humano, sino que seguirá cuidando de él para irlo elevando de gloria en gloria, desde lo ínfimo de la tierra, hasta hacerlo partícipe de su propia sublimidad.

Así, pues, en vez de unas túnicas o unos ramos inanimados, en vez de unas ramas de arbustos, que pronto pierden su verdor y que por poco tiempo recrean la mirada, pongámonos nosotros mismos bajo los pies de Cristo, revestidos de su gracia, mejor aún, de toda su persona, porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo; extendámonos tendidos a sus pies, a manera de túnicas.

Nosotros, que antes éramos como escarlata por la inmundicia de nuestros pecados, pero que después nos hemos vuelto blancos como la nieve con el baño saludable del bautismo, ofrezcamos al vencedor de la muerte no ya ramas de palmera, sino el botín de su victoria, que somos nosotros mismos.

Aclamémoslo también nosotros, como hacían los niños, agitando los ramos espirituales del alma y diciéndole un día y otro: Bendito el que viene en nombre del Señor, el rey de Israel.

miércoles, 12 de marzo de 2008

5to. Miércoles de Cuaresma

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Fuente: encuentra.com

 

 

 De los Comentarios de San Agustín, obispo, sobre los salmos

 

 

 

 

 

Jesucristo ora por nosotros, ora en nosotros y al mismo tiempo es a Él a quien dirigimos nuestra oración
Dios se ha hecho hombre, se ha encarnado en nuestra historia, de modo que se inserta y se hace presente en nuestra vida, en nuestros pensamientos y sentimientos, en toda nuestra vida. No sólo es un Sacerdote que, desde su cielo, intercede por nosotros; no sólo es un Dios a quien le complace ser invocado por los hombres. Es «Jesucristo en nosotros».  Su historia, pues, no ha concluido; está abierta a nuevos horizontes, a nuevas posibilidades. La historia de Cristo continúa hoy, siempre nueva porque es nuestra historia. Y esto se concentra, de un modo particular, en la plegaria litúrgica: ahí, como dijo San Agustín, Jesucristo ora por nosotros, ora en nosotros.
E1 mayor don que Dios podía conceder a los hombres es haer que su Palabra, por quien creó todas las cosas, fuera la cabeza de ellos, y unirlos a ella como miembros suyos, de ma
nera que el Hijo de Dios fuera también hijo de los hombres, un solo Dios con el Padre, un solo hombre con los hombres; y as!, cuando hablamos con Dios en la oración, el Hijo está unido a nosotros, y, cuando ruega el cuerpo del Hijo, lo hace unido a su cabeza; de este modo, el único salvador de su cuerpo, nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ora por nosotros, ora en nosotros, y al mismo tiempo es a él a quien dirigimos nuestra oración.
Ora por nosotros, como sacerdote nuestro; ora en nosotros, como cabeza nuestra; recibe nuestra oración, como nuestro Dios.
Reconozcamos, pues, nuestra propia voz en él y su propia voz en nosotros. Y, cuando hallemos alguna afirmación referente al Señor Jesucristo, sobre todo en las profecías, que nos parezca contener algo humillante e indigno de Dios, no tengamos reparo alguno en atribuírsela, pues él no tuvo reparo en hacerse uno de nosotros.
A él sirve toda creatura, porque por él fue hecha toda creatura, y, por esto, contemplamos su sublimidad y divinidad cuando escuchamos: Ya al comienzo de las cosas existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios; ya al principio estaba ella con Dios; por ella empezaron a existir todas las cosas, y ninguna de las que existen empezó a ser sino por ella. Pero los que contemplamos esta divinidad del Hijo de Dios, que supera y trasciende de modo absoluto a toda creatura, por sublime que sea, lo oímos también, en otros lugares de la Escritura, gimiendo y suplicando, como si se reconociera reo de algo.
Y dudamos en atribuirle estas expresiones por el hecho de que nuestra mente, que acaba de contemplarlo en su divinidad, se resiste a descender hasta su abajamiento, y le parece que le
hace injuria al admitir unas expresiones humanas en aquel a quien acaba de dirigir su oración como Dios; y, así, duda muchas veces y se esfuerza en cambiar el sentido de las palabras; y lo único que encuentra en la Escritura es el recurso a él, para no errar acerca de él.
Por tanto, que nuestra fe esté despierta y vigilante; y démonos cuenta de que aquel mismo que contemplábamos poco antes en su condición de Dios tomó la condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte corno hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte; y, clavado en la cruz, quiso hacer suyas las palabras del salmo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Por tanto, oramos a él por su condición de Dios, ora él por su condición de siervo; por su condición divina es creador, por su condición de siervo es creado, habiendo asumido él, inmutable, a la creatura mudable, y haciéndonos a nosotros con él un solo hombre, cabeza y cuerpo. Así, pues, oramos a él, por él y en él; hablamos con él y él habla en nosotros.

Indulgencias en Semana Santa

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Fuente: encuentra.com

Durante el santo Triduo Pascual podemos ganar para nosotros o para los difuntos el don de la Indulgencia Plenaria si realizamos algunas de las obras establecidas por la Santa Sede.





Presten mucha atención a estos actos para ganar la indulgencias plenarias. En especial a las condiciones que, para mí parecer, son fundamentales para estar puros de corazón y de alma.

Obras que gozan del don de la indulgencia pascual:

Jueves Santo

1. Si durante la solemne reserva del Santísimo Sacramento, que sigue a la Misa de la Cena del Señor, recitamos o cantamos el himno eucarístico del "Tantum Ergo" ("Adorad Postrados").
2. Si visitamos por espacio de media hora el Santísimo Sacramento reservado en el Monumento para adorarlo.

Viernes Santo

1. Si el Viernes Santo asistimos piadosamente a la Adoración de la Cruz en la solemne celebración de la Pasión del Señor.

Sábado Santo

1. Si rezamos juntos el rezo del Santo Rosario.

Vigilia Pascual

1. Si asistimos a la celebración de la Vigilia Pascual (Sábado Santo por la noche) y en ella renovamos las promesas de nuestro Santo Bautismo.

Condiciones:

Para ganar la Indulgencia Plenaria además de haber realizado la obra enriquecida se requiere el cumplimiento de las siguientes condiciones:

a. Exclusión de todo afecto hacia cualquier pecado, incluso venial.
b. Confesión sacramental.
c. Comunión eucarística y
d. Oración por las intenciones del Sumo Pontífice.

Estas condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra enriquecida con la Indulgencia Plenaria; pero conviene que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día en que se cumple la obra.

Es oportuno señalar que con una sola confesión sacramental pueden ganarse varias indulgencias. Conviene, no obstante, que se reciba frecuentemente la gracia del sacramento de la Penitencia, para ahondar en la conversión y en la pureza de corazón.

En cambio, con una sola comunión eucarística y una sola oración por las intenciones del Santo Padre sólo se gana una Indulgencia Plenaria.

La condición de orar por las intenciones del Sumo Pontífice se cumple si se reza a su intención un solo Padrenuestro y Avemaría; pero se concede a cada fiel cristiano la facultad de rezar cualquier otra fórmula, según su piedad y devoción.

martes, 11 de marzo de 2008

5to. Martes de Cuaresma, De los Sermones de San León Magno, Papa

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Fuente: Encuentra.com

La cruz de Cristo fuente de toda bendición y origen de toda Gracia
El presente discurso de San León Magno resulta sorprendentemente actual. Nosotros reconocemos el amor cuando a quien dice amarnos, le cuesta sacrificio. Por el contrario, no podemos estar seguros de los sentimientos de aquel que nos emplea para su propio provecho. Amar es darse hasta el sacrificio de la vida y nuestra inteligencia no puede por menos que admirar la gloria de un tal sacrificio. Ésta es, cabalmente, la gloria de Cristo. La importancia está en la cruz y, sobre todo, en el motivo que le ha llevado a semejante condena. La cruz es fuente de toda bendición porque es el culmen del amor. Amar y ser correspondidos es gustoso y fácil . Amar sin ser amados, amar a los pobres, de quienes no obtendremos riada, ni siquiera agradecimiento, es muy costoso. Amar hasta darlo todo, sin reconocimiento ni agradecimiento, a quien te injuria, te burla, a quien se alegra en tu sufrimiento, es divino, es lo propio de Cristo; él, a quien damos muerte a diario, nos ama así y nos da la vida: la eterna.

Nuestro entendimiento, iluminado por el Espíritu de la verdad, debe aceptar con corazón puro y libre la gloria de la cruz, que irradia sobre el cielo y la tierra, y penetrar con su mirada interior el sentido de las palabras del Señor, cuando habla de la inminencia de su pasión: Ya ha llegado la hora en que va a ser glorificado el Hijo del hombre. Y un poco más adelante: Ahora -dice- mi alma está agitada, y ¿qué voy a decir? ¿Padre, líbrame de esta hora? ¡Pero si precisamente para esto he llegado a esta hora! Padre, glorifica a tu Hijo. Y como llegase del cielo la voz del Padre, que decía: Lo he glorificado y lo glorificaré de nuevo, Jesús, dirigiéndose a los circunstantes, dijo: No por mí, sino por vosotros se ha dejado oír esta voz. Ahora viene la condenación de este mundo; ahora el señor de este mundo va a ser arrojado fuera. Y yo, cuando sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.

¡Oh admirable poder de la cruz! ¡Oh inefable gloria de la pasión! En ella se encuentra el tribunal del Señor, el juicio del mundo, el poder del crucificado.

Atrajiste a todos hacia ti, Señor, a fin de que el culto de todas las naciones del orbe celebrara, mediante un sacramento pleno y manifiesto, lo que se realizaba en el templo de Judea sólo como sombra y figura.

Ahora, en efecto, es más ilustre el orden de los levitas, más alta la dignidad de los ancianos, más sagrada la unción de los sacerdotes; porque tu cruz es la fuente de toda bendición, el origen de toda gracia; por ella, los creyentes reciben, de la debilidad, la fuerza, del oprobio, la gloria, y, de la muerte, la vida. Ahora, asimismo, abolida la multiplicidad de los antiguos sacrificios, la única oblación de tu cuerpo y sangre lleva a su plenitud los diferentes sacrificios carnales; porque tú eres el verdadero Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo; y así, en tu persona, llevas a la perfección todos los misterios, para que todos los pueblos constituyan un solo reino, del mismo modo que todas las víctimas ceden el lugar al único sacrificio.
Confesemos, pues, hermanos, lo que la voz del bienaventurado maestro de las naciones, el apóstol Pablo, confesó gloriosamente: Sentencia verdadera y digna de universal adhesión es ésta: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores.

En efecto, tanto más admirable es la misericordia de Dios para con nosotros, cuanto que Cristo murió, no por los justos o los santos, sino por los pecadores y los injustos; y, como era imposible que la naturaleza divina experimentase el aguijón de la muerte, tomó, naciendo de nosotros, una naturaleza que pudiera ofrecer por nosotros.

Ya mucho antes amenazaba a nuestra muerte con el poder de su propia muerte, diciendo por boca del profeta Oseas: Oh muerte, yo seré tu muerte; país de los muertos, yo seré tu aguijón. Al morir, en efecto, se sometió al poder del país de los muertos, pero lo destruyó con su resurrección; sucumbiendo al peso de una muerte que no hacía excepción, la convirtió de eterna en temporal. Porque lo mismo que en Adán todos mueren, en Cristo todos serán llamados de nuevo a la vida.

sábado, 8 de marzo de 2008

El Sacramento de la Eucaristía, Parte III

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Fuente: es.catholic.net

Autor: Cristina Cendoya de Danel

"Yo soy el pan de vida bajado del Cielo...
Si uno come de este pan vivirá para siempre, pues el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo..."

 

 

 

La Eucaristía como sacramento

Sentido de la Eucaristía como Sacramento:

Naturaleza

La eucaristía es el sacramento en el cual bajo las especies de pan y vino, Jesucristo se halla verdadera, real y substancialmente presente, con su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad.
Se le llama el “sacramento por excelencia”, porque en él se encuentra Cristo presente, quien es fuente de todas las gracias. Además, todos los demás sacramentos tienden o tienen como fin la Eucaristía, ayudando al alma para recibirlo mejor y en la mayoría de las veces, tienen lugar dentro de la Eucaristía.
A este sacramento se le denomina de muchas maneras dada su riqueza infinita. La palabra Eucaristía quiere decir acción de gracias, es uno de los nombres más antiguos y correcto porque en esta celebración damos gracias al Padre, por medio de su Hijo, Jesucristo, en el Espíritu y recuerda las bendiciones judías que hacen referencia a la creación, la redención y la santificación. (Cfr. Lc. 22, 19)

  • Es el Banquete del Señor porque es la Cena que Cristo celebró con sus apóstoles justo antes de comenzar la pasión. (Cfr. 1 Col 11, 20).
  • Fracción del pan porque este rito fue el que utilizó Jesús cuando bendecía y distribuía el pan, sobre todo en la Última Cena. Los discípulos de Emaús lo reconocieron – después de la resurrección – por este gesto y los primeros cristianos llamaron de esta manera a sus asambleas eucarísticas. (Cfr. Mt. 26, 25; Lc. 24, 13-35; Hech. 2, 42-46).
  • También, se le dice asamblea eucarística porque se celebra en la asamblea –reunión - de los fieles.
  • Santo sacrificio, porque se actualiza el sacrificio de Cristo. Es memorial de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
  • Comunión, porque es la unión íntima con Cristo que nos hace partícipes de su Cuerpo y de su Sangre.
  • Didaché, es el sentido primero de la “comunión de los santos” que se menciona en el símbolo de los Apóstoles.
  • Misa, posee un sentido de misión, llevar a los demás lo que se ha recibido de Dios en el sacramento. Usada desde el siglo VI, tomada de las últimas palabras “ite missa est".

     

    Institución

    En el Antiguo Testamento encontramos varias prefiguraciones de este sacramento, como son:

  • El maná, con que se alimentó el pueblo de Israel durante su peregrinar por el desierto. (Cfr. Ex. 16,) .
  • El sacrificio de Mequisedec, sacerdote que en acción de gracias por la victoria de Abraham, ofrece pan y vino. (Cfr. Gen. 14, 18).
  • El mismo sacrificio de Abraham, que está dispuesto a ofrecer la vida de su hijo Isaac. (Cfr. Gen. 22, 10).
  • Así como, el sacrificio del cordero pascual, que libró de la muerte al pueblo de Israel, en Egipto. (Cfr. Ex. 12).
    Igualmente, la Eucaristía fue mencionada - a manera de profecías – en el Antiguo Testamento por Salomón en el libro de los Proverbios, donde le ordena a los criados a ir para comer y beber el vino que les había preparado. (Cfr. Prov. 9,1). El profeta Zacarías habla del trigo de los elegidos y del vino que purifica.
    El mismo Cristo – después de la multiplicación de los panes – profetiza su presencia real, corporal y sustancial, en Cafarnaúm, cuando dice: “Yo soy el pan de vida …… Si uno come de este pan vivirá para siempre, pues el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo”. (Jn. 6, 32-34;51)
    Cristo, sabiendo que había llegado su “hora”, después de lavar los pies a sus apóstoles y de darles el mandamiento del amor, instituye este sacramento el Jueves Santo, en la Última Cena (Mt. 26, 26 -28; Mc. 14, 22 -25; Lc. 22, 19 - 20). Todo esto con el fin de quedarse entre los hombres, de nunca separarse de los suyos y hacerlos partícipes de su Pasión. El sacramento de la Eucaristía surge del infinito amor de Jesucristo por el hombre.
    El Concilio de Trento declaró como verdad de fe, que la Eucaristía es verdadero y propio sacramento porque en él están presente los elementos esenciales de los sacramentos: el signo externo; materia (pan y vino) y forma; confiere la gracia; y fue instituido por Cristo.
    Cristo deja el mandato de celebrar el Sacramento de la Eucaristía e insiste, como se puede constatar en el Evangelio, en la necesidad de recibirlo. Dice que hay que comer y beber su sangre para poder salvarnos. (Jn. 6, 54).
    La Iglesia siempre ha sido fiel a la orden de Nuestro Señor. Los primeros cristianos se reunían en las sinagogas, donde leían unas Lecturas del Antiguo Testamento y luego se daba lugar a lo que llamaban “fracción del pan”, cuando fueron expulsados de las sinagogas, seguían reuniéndose en algún lugar una vez a la semana para distribuir el pan, cumpliendo así el mandato que Cristo les dejó a los Apóstoles.
    Poco a poco se le fueron añadiendo nuevas lecturas, oraciones, etc. hasta que en 1570 San Pío V determinó como debería ser el rito de la Misa, mismo que se mantuvo hasta el Concilio Vaticano II.

    En el próximo articulo se verá a la Eucaristía como Sacrificio

  • viernes, 7 de marzo de 2008

    El Sacramento de la Eucaristía, Parte II

    Santisimo Sacramento

    "A cualquier alma que visita a Jesús en el Santísimo Sacramento le dice este Señor: «Alma que me visitas, levántate de tus miserias, pues estoy aquí para enriquecerte de gracias. Date prisa, llega a mi, no temas mi majestad, porque está humillada en este Sacramento, para apartar de ti el miedo y darte toda confianza»"

    San Alfonso Mª. de Ligorio
    Visitas al Stmo. Sacramento, 8

    El Santísimo Sacramento del Altar

    En esta segunda parte nos vamos a centrar en el Jesús Sacramentado. Que cosa más linda que sentarse, mirar a Cristo y conversar con él, adorarlo, alabarlo y amarlo.

    Sentarse en el sagrario cuando uno llega a la Iglesia, saludar al Señor, sentarse y ponerse a conversar con él es como tratar con un amigo o con alguna otra persona. A diferencia que el Señor nos ama incondicionalmente y tiene un océano de misericordia por nuestros pecados, siempre y cuando nosotros reconozcamos los pecados cometidos y que él es Nuestro Salvador.

    ¿Por qué tenemos que ir a ver a Cristo Sacramentado, si en verdad, es un pedazo de agua y harina?

    Primero, si somos verdaderamente creyentes, sabemos que eso no es simplemente un pedazo de agua y harina, sino que es el Cuerpo de Cristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del Mundo. Y más deberíamos tener la certeza que esta presente en el Santísimo Sacramento.

    Las razones son:

    1) He de visitar a Jesús, mi Salvador, porque está presente en el Santísimo Sacramento, como mi Dios y Señor, y por lo tanto le debo adoración y homenaje de sumisión.

    2) He de visitar a menudo a Jesús, mi Salvador, porque el Corazón de Jesús que por mi fue traspasado en la cruz, late en el altar y desea que le ame.

    3) He de visitar a Jesús, mi Salvador en el Santísimo Sacramento, porque de esta manera doy la mayor alegría a María, mi queridísima Madre, a San José y a todos los ángeles y santos del cielo, que sin cesar adoran a Jesús Sacramentado.

    4) He de visitar frecuentemente a Jesús. mi Salvador en el Santísimo Sacramento, porque es un acto meritorio y una profesión pública de mi fe.

    5) He de visitar frecuentemente a Jesús Sacramentado, mi Salvador, porque el Señor ha reservado gracias especiales para los que le visitan. En el altar el Señor es puro amor, y distribuye sus gracias a manos llenas a los que le visitan.

    6) He de visitar frecuentemente a Jesús en el Santísimo Sacramento, porque de este modo puedo resarcir las injurias del género humano, especialmente los sacrilegios, y la frialdad de tantos cristianos.

    7) He de visitar frecuentemente a Jesús Sacramentado, mi Salvador, porque allí Jesús, me enseña la humildad, la obediencia, el amor, en una palabra: el espíritu de sacrificio, que tanto nos falta para el fiel cumplimiento de nuestro deberes de estado.

    8) He de visitar a menudo a Jesús Sacramentado, porque de este modo puedo ayudar a las pobres almas del purgatorio.

    9) He de visitar a menudo a Jesús Sacramentado, porque Dios es el mejor pagador, que remunera cada sacrificio que por El hacemos.

    10) He de visitar a Jesús en el Santísimo Sacramento del altar, porque de este modo me preparo mejor para mi adoración que he de dar a Dios por toda la eternidad en el cielo.

    El sacerdote de mi parroquia, el Padre Samuel, nos dice que antes de la misa ir a sentarse al sagrario y conversar con Cristo, y si esta presente en el Santísimo Sacramento, aún más porque ahí se encuentra aún más presente.

    ¿Qué beneficios tiene ir a ver a Jesús Sacramentado? Muchas, hay unas tangibles y otras espirituales. Las primeras son más bien consejos que a través de su palabra (en la Eucaristía) nos dice cuando estamos con alguna dificultad. A mí muchas veces he ido a conversar con él y siempre encuentro la respuesta en su palabra que nos dice el presbítero en misa. Pero, para mí, el beneficio mayor de esto es que con cada ida y con el tiempo que estamos frente a él nuestra fe crece mucho y uno ama mucho más a Cristo, nos ayuda a salir de la iglesia mucho más tranquilo y en paz. Pero no solamente hay que conversar con él sacramentado (que es lo más importante) porque también, creo yo, se puede conversar con él en otros lugares; por ejemplo, en una plaza, caminando hacia algún lugar, antes de dormir, etc. Pero nada es más intenso y bonito que estar frente al Santísimo Sacramento del Altar.

    En el próximo articulo sobre el Sacramento de la Eucaristía, se enfocara en La Eucaristía, sacramento y sacrificio, un articulo de tengoseddeti.org.

    La Creación de los ángeles

    Antes de seguir con los artículos sobre los ángeles custodios o ángeles de guardia, voy a poner un articulo de Ricardo Sada Fernández, que habla sobre la creación de los ángeles

    0425-0032_angel_custodio ¿Se debe creer en la existencia de los ángeles? ¿Son un invento del cristianismo? Conoce la enseñanza de la fe católica al respecto.

    En el lenguaje común decimos que tal pintura es una gran creación artística, o que la modista famosa presentará sus “creaciones” del verano. Emplear aquí tal concepto es hacerlo de modo impropio, pues “crear” es, estrictamente “hacer algo de la nada”, sin tener antes ninguna clase de elemento previo.

    Esta definición de creación puede prestarse a equívocos. La “nada” no es “algo” de lo que se sacan las cosas. La creación consiste en producir un efecto con independencia de cualquier sujeto pre-existente, es decir, en producir todo el ser de una cosa. Y para ello se requiere un poder infinito: sólo Dios es capaz de crear.
    Que para crear se requiere poder infinito puede verse en el siguiente ejemplo. Un mal cocinero (quizá el que esto lee) necesitará de muchos ingredientes para hacer una comida aceptable. Una cocinera con saber culinario -por ejemplo, una madre experimentada- quizá prepare ricos platillos con muy pocos medios. Pero nadie podrá jamás hacer algo comestible si no cuenta con nada para hacerlo. El más famoso Chef no podrá complacernos en el desierto del Sahara. De ahí que para sacar algo de la nada -y eso es crear- es preciso el poder infinito de Dios.

    Por otra parte Dios, al crear, no sólo llama las cosas a la existencia y acto seguido las abandona a su suerte. No. Si eso aconteciera, aunque fuera por un segundo, todo desaparecería, volvería a la nada de donde salió. Dios conserva a todo lo creado en la existencia, lo mantiene en el ser. A esta acción de Dios los teólogos la llaman, y con razón, creación continuada. Dios está al lado, y del modo más íntimo que nos podamos imaginar, de todas y cada una de sus criaturas.

    Los ángeles

    Lo primero que Dios creó fue lo más perfecto y parecido a Él: los ángeles. Un ángel es un espíritu como lo es Dios, es decir, un ser con inteligencia y voluntad, pero sin cuerpo, sin dependencia alguna de la materia.

    El hombre moderno no afirma la existencia de los ángeles. Tampoco la niega. Simplemente la ignora. No se atreve a hablar de su existencia por miedo a que los demás lo consideren como niño que cree en la cigûeña o en Santa Claus. En el fondo piensa que los demás pueden sospechar que, si afirma creer en los ángeles, no se comporta como adulto, no es del todo razonable y serio.
    Sin embargo, por extraño que pueda parecer, sólo recientemente ha ocurrido esto. Los descubrimientos antropológicos muestran que la existencia de los ángeles se daba por supuesta desde la más remota prehistoria, en los albores de la vida humana en la Tierra. La creencia en seres espirituales superiores al hombre e inferiores a Dios era entonces universal. A veces, esos espíritus eran buenos y otros malos, y se les unía a distintas cosas que ellos vivificaban -los ríos, los bosques, los animales, las montañas...-, pero sus características eran constantes: inmaterialidad, poder, mediación entre el hombre y la divinidad...

    Cuando el hombre comenzó a escribir la historia en ese libro todavía inacabado, lo llenó de seres que tenían esas mismas características, fueran ángeles, espíritus o semidioses. Las mitologías griega y romana, por ejemplo, muestran que el pueblo creía en su existencia. Pero no era sólo el pueblo ignorante el que creía en ellos; los filósofos no eran ajenos a esa creencia universal. Tales de Mileto y Pitágoras los colocaban en los umbrales del ámbito divino, Sócrates conversaba familiarmente con uno de ellos y Platón y sus discípulos llenaron el mundo con inteligencias puras o dioses secundarios. Aristóteles, por su parte, creía que eran quienes movían los cuerpos celestes. Otro tanto podemos decir de las civilizaciones y literaturas nórdica, eslava, maya u oriental. Todo lo anterior indica que los ángeles no constituyen un invento del cristianismo.

    Prescindiendo de los relatos populares, de la mitología y de la filosofía, y volviendo a la Historia, nos encontramos con que el libro de la antigüedad cuya autenticidad ha sido más ampliamente corroborada, la Biblia, habla de los ángeles en casi todas sus páginas. Ángeles fueron los que detuvieron la mano de Abraham cuando iba a sacrificar a su hijo, los que mataron a los primogénitos de los egipcios, los que condujeron a la victoria a los Macabeos... Y en el Nuevo Testamento, un ángel fue quien se apareció a Zacarías, y a una doncella de Nazareth en Galilea, y a su esposo en sueños... Jesús mismo, el Hijo de Dios, fue servido por los ángeles en el desierto y confortado por uno de ellos en el Huerto de los Olivos, durante su agonía. Y luego, a lo largo de los siglos, los ángeles aparecen innumerables veces en la vida de los santos, incluso hasta nuestros días.

    Una creencia tan duradera y universal merece algo más que desprecio. Es algo muy importante como para tratar de quitárselo de encima como un engorroso abrigo. Lo menos que se puede hacer es tratar de explicarlo.

    Desde el punto de vista de la fe católica, la explicación está en la revelación divina, la cual encuentra su confirmación en datos de razón que nos sería muy largo examinar. Baste decir que la revelación es, desde luego, la mejor manera de saber algo de los ángeles, ya que es la misma palabra de Dios, El cual no puede engañarse ni engañarnos y que es, además, la primera causa de todo.
    Así pues, existen esas sustancias espirituales superiores que llamamos ángeles. Ahora bien, ¿como son? ¿Qué forma tienen?... Lo único que puede hacer la razón, en este caso, es proceder por eliminación. Está claro que no son seres gigantescos cuya fortaleza haría que los hombres parecieran alfeñiques; no, no hay tamaño en los ángeles, porque no tienen nada material. Tampoco tienen una forma determinada, porque la forma está definida por la materia.
    Por ello nos resulta difícil concebirlos --y más aún imaginarlos--, ya que nuestra mente está íntimamente unida a lo material. Si decimos que son sustancias espirituales o formas subsistentes, enseguida nos imaginamos un fantasma, un vago perfume o una brisa suave. Pero no, no son "imaginables". Entonces, ¿por qué aparecen con cuerpos en la Sagrada Escritura? Uno estuvo a las puertas del Paraíso espada en mano, otros fueron huéspedes de Abraham, el arcángel Rafael apareció como compañero de viaje de Tobías. Tenían, pues, cuerpos. ¿Cómo se hicieron con ellos?... Evidentemente no eran suyos, y por tanto tuvieron que tomarlos, asumirlos de alguna manera, como un hombre que alquila un smoking para asistir a una fiesta. Ahora bien, en cuanto a cómo lo obtuvieron es un misterio. Lo único que se puede apuntar es que tal vez fueran una mera apariencia, no cuerpos auténticos, pues, dado su poder, no necesitaban robarlos ni pedirlos prestados. Santo Tomás insinúa que tal vez utilizaran como material aire comprimido, pero es posible cualquier otra explicación.

    La belleza de las criaturas es una imagen imperfecta de la belleza de Dios quien, al crearlas, quiso que la renegaran de alguna manera. Cuanto más perfectas sean esas criaturas, mejor reflejarán la belleza divina; y tos ángeles, los seres creados más perfectos que existen, la reflejan mejor que nadie. Por ello, quien se dedica a la búsqueda de la bondad y belleza de Dios, nunca dejará de considerar y de amar a estas criaturas que, como ninguna otra, son los más perfectos espejos de esa belleza y de esa bondad

    jueves, 6 de marzo de 2008

    El Sacramento de la Eucaristía, Parte I

    Host

     

     

    “Quien come mi Carne y bebe mi Sangre permanece en mí y yo en él” (Juan 6,56)

     

     

     

     

     

     

    Hoy fui a la casa de mi mejor amiga a verla y compartir con ella durante el día y al final nos pusimos a conversar sobre la iglesia y las misas. Yo se que ella no esta todavía en plenitud de corazón y alma a aceptar a Cristo Jesús dentro de ella como yo quisiera, pero es algo paulatino, yo sé que derrepente se va a convertir al 100% pero ahora como dice Jesús le entregó el mensaje, y como decía él;

    "Por eso les hablo por parábolas: porque miran no ven, y cuando oyen, no escuchan, ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
    Oirán, pero no entenderán, y, por más que miren, no verán.

    Porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y taponado sus oídos. Con el fin de no ver, ni de oír, ni de comprender con el corazón. No quieren convertirse ni que yo los salve"(Mt 13, 13-15)

    Hay dos frases que explican el alejamiento de la gente del verdadero camino de Cristo Jesús. Una es "Porque este pueblo ha endurecido su corazón". En estos tiempos los corazones de todo el mundo se convirtieron en piedra, la confianza es muy poca para no decir que no hay confianza. La verdadera amistad es muy rara y el amor a Dios y a su Hijo es muy egoísta, porque quieren que Dios dé pero ellos no dan.

    Y la otra "No quieren convertirse ni que yo los salve" porque no quieren seguir "reglas" no quieren someterse al Padre Eterno y buscan destruir la Esposa de Cristo, la Iglesia.

    Volviendo a nuestro tema, se estarán preguntando ¿Qué tiene que ver la Eucaristía con lo que he dicho anteriormente? Mucho, porque este es el sacramento que nos une con Cristo, es el Banquete del Señor, donde escuchamos la palabra de él y por medio del sacerdote que es inspirado por el Espíritu Santo, nos ayudan a entender lo que dijo y a incorporarlo a nuestro corazón y alma, para amar aún más a nuestro Salvador.

    La Eucaristia, nos lo dijo muy claro en aquel discurso de Cafarnaum, donde prometió dejarnos su cuerpo como alimento:
    “Si alguno come este pan vivirá eternamente; y el Pan que yo le daré es mi Carne para la vida del mundo” (Juan 6,51)
    “Quien come mi Carne y bebe mi Sangre permanece en mí y yo en él” (Juan 6,56)

    En el Cenáculo, aquel memorable Jueves Santo, instituye este maravilloso misterio de quedarse hecho pan; “Tomo pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: “Tomad y Comed esto es mi Cuerpo...”y tomando el cáliz: “Bebed todos de él pues esta es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por todos para la remisión de los pecados”(Mateo, 26, 26-28)

    Lo creemos porque el mismo Jesús lo dejó claro. Así lo dice un antiguo escritor cristiano, San Cirilo de Jerusalén: “Puesto que el mismo Cristo anunció y dijo del pan: esto es mi Cuerpo, ¿Quién se atreve a dudar?”. Y así lo han creído todos los fieles desde la época apostólica hasta nuestros días, como bien lo recoge el reciente Catecismo de la Iglesia Católica en el número 1374: “Jesucristo está verdadera, real y substancialmente con su Cuerpo, con su Sangre, con su Alma y con su Divinidad”

    Alguien podría decir: nada veo en la Eucaristía, ni nada siento. Y, le podríamos responder: cuando el cielo está nublado, no veo el sol, ¿señal de que no existe?. O, no siento que la tierra está girando, ¿señal de que está parada?

    La Eucaristía es un misterio de Amor que sólo parece imposible a aquel que no cree que Jesucristo es Dios, Creador y Señor omnipotente del universo.

    miércoles, 5 de marzo de 2008

    El Ángel Custodio, Parte I

    angeles-de-la-guarda

    Fuente: Encuentro.org

    "Mirad que no despreciéis a alguno de estos pequeñuelos, porque os hago saber que sus Angeles en los cielos están siempre viendo el rostro de mi Padre celestial» (Mat. 18, 10).




    ¿Quién es el Ángel Custodio? ¿Realmente existe?

    La existencia de los Angeles Custodios es una verdad, continuamente profesada por la Iglesia, que forma parte desde siempre del tesoro de piedad y de doctrina del pueblo cristiano. Estos Angeles, explica el citado Catecismo, "no han sido enviados solamente en algún caso particular, sino que han sido designados desde nuestro nacimiento para nuestro cuidado, y constituidos para defensa de la salvación de cada uno de los hombres" (n. 6). Jesucristo mismo dijo a sus discípulos: "Mirad que no despreciéis a alguno de estos pequeñuelos, porque os hago saber que sus Angeles en los cielos están siempre viendo el rostro de mi Padre celestial» (Mat. 18, 10).

    Es preciso invocarlos
    A pesar de la gran perfeción de su naturaleza espiritual elevada perfectisimamente al orden de la gracia, los Angeles no tienen el poder de Dios ni su sabiduría infinita. Como explica Santo Tomás, no pueden leer en el interior de las conciencias(Summa Theologica, 1, 57, 4 ad 31). Es preciso, por tanto que les demos a conocer de algún modo nuestras necesidades. Como su permanencia a nuestro lado es continua y con su inteligencla penetra de modo agudísimo en lo que expresamos, ni siquiera es preciso articular palabras: basta que mentalmente le hablemos para que nos entienda, e incluso para que llegue a deducir de nuestro interior más de lo que nosotros mismos somos capaces.
    Por eso es tan recomendable tener un trato de amistad con el Angel de la guarda. "Ten confianza con tu Angel Custodio.-Trátalo como un entrañable amigo-lo es- y él sabrá hacerte mil servicios en los asuntos ordinarios cada día". (Camino, n. 562).
    También podemos relacionarnos con los Angeles Custodios de los demás, para ayudarles en su tarea de conducir al Cielo a esas almas. "Gánate al Angel Custodio de aquel a quien quieras traer a tu apostolado. -Es siempre un gran "cómplice" (Camino, n. 563).
    Esa complicidad-ordenada y querida por Dios-se extiende a todas las acciones con que hemos de ganar el Cielo para nosotros y para otras almas.

    Angeles de las comunidades sociales.
    « Dios mandará a sus ángeles, para que protejan al justo en todos sus caminos», leemos en el Antiguo Testamento (Ps.90,11) Es opinión común de los teólogos, sólidamente fundada en Sagrada Escritura, en los escritos de los Santos Padres y en liturgia de la Iglesia, la creencia de que los Angeles Custodios no sólo cuidan de cada alma en particular, sino que extienden su patrocinio a los cuerpos sociales-paises, corporaciones, ciudades, personas morales, etc.-, velando para que los lazos que unen a sus miembros no les aparten de la felicidad eterna, y para que los fines corporativos de las distintas comunidades sociales, aun de aquellas nacidas para la consecución de un bien natural se encaminen en último término al fin sobrenatural común a todos, que es Dios. Los Angeles y la Sagrada Eucaristía. La piedad cristiana considera desde antiguo que allí donde se encuentra reservada la Santísima Eucaristía hay Angeles adorando constantemente a Jesucristo Sacramentado.
    La tradición cristiana describe a los Angeles Custodios como a unos grandes amigos, puestos por Dios al lado de cada hombre, para que le acompañen en sus caminos. Y por eso nos invita a tratarlos, a acudir a ellos. Los cristianos hemos de practicar y difundir la devoción a los Santos Angeles Custodios, de tanta raigambre en la Iglesia: para que el Angel Custodio, que nos acompaña siempre, contribuya a mantener en todas nuestras acciones la unidad de vida, nos proteja, interceda por nosotros, y sea siempre el más poderoso aliado en la tarea de nuestra santificaclón personal y en el apostolado. Como reza la oración dirigida a San Miguel, en las fiestas litúrgicas que le dedica el Misal romano, Santos Angeles Custodios: defendednos en la batalla, para que no perezcamos en el tremendo Juicio.
    Valiosos consejeros celestes
    Los Ángeles de la Guarda son nuestros consejeros, inspirándonos santos deseos y buenos propósitos. Evidentemente, lo hacen en el interior de nuestras almas, si bien que, como vimos, hayan existido almas santas que merecieron de ellos recibir visiblemente celestiales consejos.
    Cuando Santa Juana De Arco, aún niña, guardaba su rebaño, oyó una voz que la llamaba: "Jeanne! Jeanne!" ¿Quien podría ser, en aquél lugar tan yermo? Ella se vio entonces envuelta en una luz brillantísima, en el medio de la cual estaba un Ángel de trazos nobles y apacibles, rodeado de otros seres angélicos que miraban a la niña con complacencia. "Jeanne", le dice al Ángel, "sé buena y piadosa, ama a Dios y visita frecuentemente sus santuarios". Y desapareció. Juana, inflamada de amor de Dios, hizo entonces el voto de virginidad perpetua. El Ángel se le apareció otras veces para aconsejarla, y cuando la dejaba, ella quedaba tan triste que lloraba .
    El desvelo de nuestro Ángel de la Guarda para con nosotros está bien expresado por el Profeta David en el Salmo 90: "El mal no vendrá sobre ti, y el flagelo no se aproximará a tu tienda. Porque mandó [Dios] a sus Ángeles en tu favor, para que te guarden en todos tus caminos. Ellos te elevarán en sus manos, para que tu pié no tropiece con alguna piedra" (Sl. 90, 10-12).
    Innumerables son los ejemplos del poderoso auxilio de los Ángeles en la vida de los Santos. Santa Hildegonde, alemana (+ 1186), habiendo ido en peregrinación a Jerusalén con su padre y falleciendo éste en el camino, fue frecuentemente socorrida por su Ángel. Cierto día, cuando viajaba camino a Roma, fue asaltada y abandonada como muerta. Apenas pudo lograr levantarse, y vio surgir a su Ángel en un caballo blanco. Éste ayudó cuidadosamente a su protegida a montar, y la condujo hasta Verona. Allá, se despidió de ella diciendo: "Yo seré tu defensor donde quiera que vayas".
    Santa Hildegonde podría aplicar a sí misma el siguiente comentario de San Bernardo al Salmo arriba citado: "¡Cuán gran reverencia, devoción y confianza deben causar en tu pecho las palabras del profeta real! La reverencia por la presencia de los Ángeles, la devoción por su benevolencia, y la confianza por la guarda que tienen de ti. Mira vivir con recato donde están presentes los Ángeles, porque Dios los mandó para que te acompañen y asistan en todos tus caminos; en cualquier posada y en cualquier rincón, ten reverencia y respeto a tu Ángel, y no cometas delante de él lo que no osarías hacer estando yo en tu presencia". San Buenaventura afirma: "El santo Ángel es un fiel paraninfo conocedor del amor recíproco existente entre Dios y el alma, y no tiene envidia, porque no busca su gloria, sino la de su Señor". Agrega que la cosa más importante y principal "es la obediencia que debemos tener a nuestros santos Ángeles, oyendo sus voces interiores y saludables consejos, como de tutores, curadores, maestros, guías, defensores y mediadores nuestros, así en el huir de la culpa del pecado, como en el abrazar la virtud y crecer en toda perfección y en el amor santo del Señor".
    Bienaventurado Augustin escribe: "Los Angeles con gran dedicación y diligencia, permanecen con nosotros a toda hora y en todo lugar, nos ayudan, piensan en nuestras necesidades, sirven de intermediarios entre nosotros y Dios, elevando a El nuestras quejas y suspiros... Nos acompañan en todos nuestros caminos, entran y salen con nosotros, observando como nos comportamos entre ese genero engañoso y con que empeño deseamos y buscamos al Reino de Dios." Un pensamiento semejante tiene San Basilio el Grande: "Con cada fiel hay un Angel, quien como niñera o pastor dirige su vida" y para demostración cita las palabras de David, el cantor de los Salmos: "A sus Angeles dirá sobre ti - que te protegen en todos caminos tuyos..." "Angel del Señor hará guardia alrededor de los que Le temen y los ayudará" (Sal. 90:11, 33:8).
    El Obispo Feofan el Ermitaño enseña: "Hay que recordar, que tenemos a un Angel Guardián y dirigirse a El con pensamiento y corazón - en nuestra vida normal y especialmente cuando ésta se agita. Si no nos dirigimos a El, el Angel no puede aconsejarnos. Cuando alguien se dirige a un abismo ó pantano con ojos cerrados y los oídos tapados - como es posible de ayudarle?"
    Así el cristiano debe recordar a su buen Angel, que durante toda su vida se preocupa por él, se regocija con sus éxitos espirituales, se acongoja con sus caídas. Cuando el hombre muere, el Angel lleva su alma a Dios. Según muchos testimonios, el Alma reconoce a su Angel Guardián, cuando llega al mundo espiritual.
    San Bernardo explicó durante una Cuaresma, en 17 sermones, el salmo 90. Ya en la Introducción nos dice que hace la explicación de este salmo, "de donde el enemigo tomó ocasión para tentar al Señor, a fin de que sean quebrantadas y deshechas las armas del Maligno con lo mismo que él maliciosamente quería formarlas" (cf. BAC Obras selectas p.358). Damos la síntesis del sermón 12, en el que el Santo explica el versículo 11 aducido por el tentador en el desierto: Porque El mandó a sus ángeles cuidasen de ti y te guardasen en todos tus caminos (cf. Serm. 12 sobre el salmo 90 en Obras selectas p.413 ss. [BAC, Madrid I947]. El texto latino puede verse en PL 183,221 ss).
    Bondad de Dios en enviar a sus ángeles como custodios
    "¡Qué lección, hermanos, qué amonestación, qué consolación tan grande nos ofrecen estas palabras de la Escritura! ¿Qué salmo, entre todos los demás, esfuerza tan magníficamente a los pusilánimes, despierta a los negligentes, enseña a los ignorantes? Por eso dispuso la Providencia divina que especialmente en este tiempo de la Cuaresma tuviesen sus fieles de continuo en su boca los versículos de este salmo. No parece haberse tomado pie para ello sino del abuso que de este salmo hizo el diablo, para que en esto mismo aquel malicioso siervo sirva a los hijos de Dios, aunque a pesar suyo"...
    Esta preocupación de Dios por el hombre manifiesta de modo extraordinario su misericordia. San Bernardo habla así a Dios: "Aplicas a él (al hombre) tu corazón y solícito lo cuidas. En fin, le envias tu Unigénito, diriges a él tu Espiritu, le prometes tu gloria. Y para que nada haya en el cielo que deje participar en nuestro cuidado, envías a aquellos bienaventurados espiritus a ejercer su ministerio para bien nuestro, los destinas a nuestra guarda, les mandas sean nuestros ayos. Poco era para ti haber hecho ángeles tuyos a los espiritus; háceslos también ángeles de los pequeñuelos, pues escrito está: Los ángeles de éstos están viendo siempre la cara del Padre (Mt 18,10). A estos espíritus tan bienaventurados háceslos ángeles tuyos para con nosotros y nuestros para contigo".
    Para considerar mejor la bondad de Dios, conviene pensar:

    QUIÉN MANDA A LOS ÁNGELES
    "La suma majestad mandó a los ángeles, y mandó a los ángeles suyos, a aquellos espiritus tan sublimes, tan dichosos, tan próximos, tan inmediatos a El, tan familiarmente allegados a El y verdaderamente de su casa".

    PARA QUIÉNES LOS MANDÓ
    "Mandólos a ti ¿Quién eres tú, Señor, y quien es el hombre para que pongas en él tu corazón o el hijo del hombre para que tanto le aprecies? ¡Como si el hombre no fuera corrupción y él hijo del hombre un gusano!"

    QUÉ LES MANDÓ
    "¿Quizás escribió contra ti amarguras? ¿Acaso les mandó que muestren su poder contra esta hoja que arrebata el viento, y que persigan esta paja seca? ¿O que quiten de delante al impío, para que no vea la gloria de Dios? Esto se ha de mandar algún día, pero no está todavía mandado"...
    "Por donde vemos en el Evangelio que, disponiéndose los criados a recoger al punto la cizaña sembrada después del trigo, el providente Padre de familia les dice: Dejad que ambos crezcan hasta la siega..., no sea que, al querer arrancar la cizaña, arranquéis con ella el trigo (Mt. 13, 29-30). Mas ¿cómo el buen grano se podrá conservar hasta el tiempo de la recolección? Este es precisamente el objeto del mandato que Dios ha impuesto a sus ángeles para mientras vivamos en la tierra"...
    Servicio que prestan al hombre
    "A sus ángeles les mandó te guarden. ¡Oh tú, que eres trigo entre cizaña, grano entre paja, lirio entre espinas! Demos gracias a Dios, hermanos míos, démosle gracias por mí y por vosotros. Un precioso depósito me había encomendado, que es el fruto de su cruz y el precio de su sangre. Mas no se contentó con esta custodia tan poco segura, tan poco eficaz, tan frágil, tan deficiente; por lo cual puso de guardianes a los ángeles custodios sobre los muros del alma. Y cierto, aun aquellos que parecen muros inexpugnables necesitan de estas defensas"
    Nuestra correspondencia con los ángeles
    "A sus ángeles mandóles guardarte en todos tus caminos. ¡Cuánta reverencia debe infundirte, cuánta confianza debe darte! Reverencia por su presencia, devoción por su benevolencia, confianza por su custodia".

    REVERENCIA
    "Anda siempre con toda circunspección, como quien tiene presente a los ángeles en todos tus caminos. En cualquier parte, en cualquier lugar, aun el más oculto, ten reverencia al ángel de tu guarda. Y ¿cómo te atreverías a hacer en su presencia lo que no harías estando yo delante?"."

    DEVOCIÓN
    Aunque Dios tiene mandado que a El se dé todo honor y toda gloria, sin embargo, "no debemos ser ingratos con aquellos que le obedecen con tanto amor y nos amparan en tanta indigencia. Seamos, pues, devotos, seamos agradecidos a su amor, honrémosles cuanto podamos, cuanto debemos. Mas todo amor y honor deben ir dirigidos a aquel Señor de cuya mano, así ellos como nosotros, recibimos el poderle amar y honrar y merecer ser amados y honrados .
    Este amor a los ángeles no está prohibido, ni es en detrimento del amor de Dios; los dos se compaginan perfectamente. Dios, que exige el amor a El con toda la mente, y con todo el corazón, y con todas las fuerzas, nos manda amar a todas las cosas para que en ellas le honremos y amemos a El. "En El, pues, hermanos míos, amemos afectuosamente a sus ángeles como a quienes han de ser un día coherederos nuestros, siendo por ahora abogados y tutores puestos por el Padre y colocados por El sobre nosotros. Ahora somos hijos de Dios, aunque todavía no se manifiesta lo que seremos; por cuanto, siendo todavía párvulos, estamos bajo abogados y tutores, sin diferir ahora en nada de los siervos".

    CONFIANZA
    "Mas aunque somos tan pequeños y nos queda aún tan largo, y no sólo tan largo, sino tan peligroso camino, ¿qué temeremos teniendo tales custodios? Ni pueden ser vencidos ni engañados, y mucho menos pueden engañar los que nos guardan en todos nuestros caminos. Fieles son, prudentes son, poderosos son. ¿De qué temblamos? Solamente sigámosles, juntémonos a ellos, y perseveraremos bajo la protección del Dios del cielo..."
    "No permitirán que seas tentado por encima de tus fuerzas, sino que te llevarán en sus manos para que evites los tropiezos..."
    "Siempre, pues, que vieres levantarse alguna tentación o amenazar alguna tribulación, invoca a tu guarda, a tu conductor, al protector que Dios te asignó para el tiempo de la necesidad y de la tribulación. Dale voces y dile: ¡Sálvanos, Señor, que perecemos! (Mt. 8,25). No duerme ni dormita, aunque por breve tiempo disimule alguna vez; no sea que con mayor peligro te precipites de sus manos, si ignoras que ellas te sustentan. Espirituales son estas manos, como también lo son los auxilios que a cada uno de los elegidos prestan, según sea el peligro y la dificultad que han de superar más o menos grande".

    martes, 4 de marzo de 2008

    La Santísima Trinidad

    Trinidad

    Fuente: Encuentro.org

    "Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
    28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28, 18-19)

     

     

    La Trinidad es un misterio de amor. El amor es un darse mutuamente para formar un nosotros. En la Trinidad, las Tres Personas se funden por el amor formando una sola naturaleza.

    Por Jorge Loring

    HAY UN SOLO DIOS VERDADERO.

    Sólo puede haber un Dios verdadero . Si hubiera más, o uno mandaría sobre los demás -y éste sería el único Dios verdadero-, o serían independientes unos de otros. Pero esto es imposible, porque el Dios verdadero tiene que tener dominio absoluto sobre todo lo que existe fuera de Él. Si no, no lo podría todo. Y Dios -como demuestran los filósofos- lo puede todo (247).
    Dice la Biblia: "Así habla Yahvé...; no hay otro Dios fuera de mí"(248).
    Los hebreos, por respeto a Dios, no querían ni siquiera pronunciar su nombre. Lo escribían sólo con consonantes: "YHVH". Había que rellenar las consonantes con vocales. De ahí los nombres de "Yahveh" o "Yehovah" con los que se llama a Dios.

    EN DIOS HAY TRES PERSONAS DISTINTAS.

     
    "Dios es amor", por eso es trinitario; porque el amor reclama alteridad, necesita otra persona a quien amar. Por eso en Dios hay tres personas .

    LAS TRES PERSONAS SON: PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO.

    El Padre nos ama y nos ha hecho sus hijos. El Hijo nos ha salvado muriendo por nosotros. El Espíritu Santo nos ayuda con su gracia a ser buenos cristianos. 
    Con la sola razón podemos llegar a conocer algo de Dios: su eternidad, su omniperfección. Pero no la vida íntima de Dios (la Trinidad) .
    La Segunda Persona es como la idea que brota del entendimiento. Por eso se le llama Verbo: Palabra. La Tercera Persona es el Amor que brota entre las dos Primeras Personas. Sin embargo las tres Personas son simultáneas en el tiempo, porque las Tres son eternas.
    EL PADRE ES DIOS.

    EL HIJO ES DIOS.
    La Segunda Persona de la Santísima Trinidad procede del Padre, pero no es posterior a Él en el tiempo. Es procedencia de origen, no de tiempo. Podemos ilustrarle con un ejemplo. Si yo enciendo la luz de mi cuarto, de noche, veo simultáneamente mi mano y la sombra de ella sobre la mesa. La sombra está originada por mi mano, pero veo las dos simultáneamente. No hay prioridad en el tiempo. La sombra y la mano aparecen ante mis ojos simultáneamente, aunque la sombra está originada por la mano.
    Los Testigos de Jehová que no creen que el Hijo sea Dios como el Padre, engañan a los incautos que les escuchan diciendo que si el Hijo es engendrado por el Padre es posterior al Padre y no eterno como Él. Es que ignoran la distinción filosófica entre prioridad de origen y de tiempo. Por ejemplo: el fuego da origen a la luz; pero la luz no es posterior al fuego, sino que surge simultáneamente con el fuego. Lo mismo ocurre en Dios con el Padre y el Hijo.

    EL ESPIRITU SANTO ES DIOS. 

    Dijo Cristo : "Os es conveniente que yo me vaya, porque si no me voy no vendrá con vosotros el Consolador; pero si me voy, os lo enviaré"(249).
    El Espíritu Santo es también una Persona Divina, por lo tanto debe recibir la misma adoración y honor que las otras dos.
    Los Testigos de Jehová niegan que el Espíritu Santo sea Persona Divina; sin embargo, la Sagrada Escritura da al Espíritu Santo atributos de Dios: Omnisciencia(250), omnipresencia(251), omnipotencia(252). El Espíritu Santo es el poder activo de Dios; es Dios en acción(253). Dice Jesucristo que el Espíritu Santo nos inspira(254) y nos enseña(255), y San Lucas que mentir al Espíritu Santo es mentir a Dios(256). San Juan dice que nos inspira(257), y nos consuela(258). San Pablo dice que es dador de la vida(259), y que nos santifica(260).
    El Espíritu Santo nos ayuda a comprender mejor lo que Jesús nos dijo, y nos da fuerza para seguir al Señor.
    En el Credo del Concilio Niceno-Constantinopolitano se dice que el Espíritu Santo procede del Padre: ex Patre . Esta fórmula significa que tiene la misma naturaleza del Padre, es decir, que es Dios como el Padre.
    Cuando vivimos en gracia santificante somos templos vivos del Espíritu Santo(261). Él habita en nosotros y nos llena de sus dones. Sin su inspiración y ayuda, nada bueno podemos hacer.
    Dice Jesucristo que el pecado contra el Espíritu Santo no se perdona.
    Los teólogos lo interpretan como la voluntad de no querer arrepentirse. Y Dios no puede perdonar a quien no quiere arrepentirse(262).
    Semejante endurecimiento puede conducir a la condenación final y a la perdición eterna . 
    El Catecismo habla de los Dones del Espíritu Santo, que son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo. son siete:
    Don de Sabiduría: Es un gusto especial para lo espiritual.
    Don de Entendimiento: Es una gracia del Espíritu Santo para comprender la Palabra de Dios y profundizar en las verdades reveladas.
    Don de Consejo: Es una luz para saber en cada momento lo que es la voluntad de Dios.
    Don de Ciencia: Nos hace saber distinguir entre lo verdadero y lo falso en orden a la vida eterna.
    Don de Fortaleza: Es una fuerza especial para obrar valerosamente lo que Dios quiere de nosotros, y sobrellevar las contrariedades de la vida.
    Don de Piedad: Es un afecto filial a Dios como Padre.
    Don de Temor de Dios: Es una humilde actitud de temor a ofender a Dios, reconociendo nuestra debilidad.

    LAS TRES PERSONAS NO SON TRES DIOSES IGUALES, SINO UN SOLO DIOS VERDADERO EN TRES PERSONAS DISTINTAS .


    Las tres Personas son distintas, porque el Padre no es el Hijo ni el Espíritu Santo, y el Hijo y el Espíritu Santo se distinguen del Padre y entre sí.
    Pero las tres Personas tienen la misma y única naturaleza divina . La misma grandeza, poder, sabiduría, bondad, santidad, el mismo querer y el mismo obrar, etc. Lo que hace una Persona lo hacen las tres; sin embargo, ciertas actividades parecen más apropiadas a una Persona que a otra: la Creación al Padre, la Redención al Hijo, y la Santificación al Espíritu Santo.
    No es que entre las tres Personas se repartan la divinidad, el poder, la sabiduría, etc., sino que cada una de las tres Personas tiene toda la divinidad, todo el poder, toda la sabiduría, etc.
    Esto es un misterio profundo, pero estamos seguros de que es así, porque Dios mismo lo ha dicho, y Dios no puede engañarse ni engañarnos.
    La Trinidad es un misterio de amor. El amor es un darse mutuamente para formar un nosotros. En la Trinidad, las Tres Personas se funden por el amor formando una sola naturaleza.
    Los Testigos de Jehová también niegan la Trinidad, diciendo que esta palabra no aparece en la Biblia. Es verdad que no está la palabra Trinidad, pero está la doctrina, que se deduce de todo el Evangelio, y que Cristo condensó cuando dijo que había que bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Precisamente por expresar esta fórmula la Trinidad, los Testigos de Jehová la eliminan en la administración de su bautismo con lo cual desobedecen a lo que Cristo dijo.
    Los Testigos de Jehová dicen que el Misterio de la Santísima Trinidad lo hemos copiado del hinduismo, en que las tres divinidades Brahama, Vishnú y Shiva forman una trinidad. Sin embargo, el Padre Ceferino Santos, S.I. , explica en su Cátedra de Filosofía Oriental de la Universidad de Comillas en Madrid, que aunque estas tres divinidades se nombran en el Mahabarata y en algunos Puranas antes de Jesucristo , eran divinidades independientes entre sí, e incluso opuestas . La trimurti hindú (triple forma de la divinidad) es algo totalmente diferente de la Trinidad de la fe cristiana . La trimurti hindú nunca llega a ser una trinidad en sentido cristiano .
    Estas divinidades hindúes se relacionan como trimurti a partir del siglo V después de Cristo , probablemente por el influjo de la predicación del apóstol Santo Tomás en la India. Hay testimonios que se remontan al siglo III, de distintas procedencias, de que Santo Tomás evangelizó por la India. Allí fue muerto y su cuerpo está enterrado en la Catedral de Madrás (India).
    Es decir, que la verdad histórica es totalmente al revés de lo que andan diciendo los Testigos de Jehová engañando a los incautos que se fían de ellos.
    No debes hablar de religión con los Testigos de Jehová , porque con sus mentiras y sofismas pueden hacerte daño. Quien toma veneno se envenena. Ya nos advierte San Juan que no recibamos en nuestra casa al que viene con una doctrina que no es la de Jesucristo.

    El Juicio Particular

    CEJ03494

     

     

     

    "A la tarde te examinarán en el amor (San Juan de la Cruz, dichos 64)"

     

     

     

     

     

    El juicio después de la muerte de la persona es un hecho que particularmente me lleva a pensar de como sería cuando yo me muera, es decir, de que es lo que va a suceder y ¿Cómo me veré en frente del Dios Trinitario? ¿Cómo mirare al Padre Eterno y a Cristo (mi Divino Maestro)?

    Este es el tema del presente articulo. Primero nos enfocaremos en lo que la Santa Iglesia Católica dice sobre este y después hablare de lo que yo creo o me imagino de como será el Juicio Particular.

    El Juicio según la doctrina católica

    Según el Catecismo de la Iglesia Católica;

    "1021 La muerte pone fin a la vida del hombre como tiempo abierto a la aceptación o rechazo de la gracia divina manifestada en Cristo (cf. 2 Tm 1, 9-10 [Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio]). El Nuevo Testamento habla del juicio principalmente en la perspectiva del encuentro final con Cristo en su segunda venida; pero también asegura reiteradamente la existencia de la retribución inmediata "después de la muerte de cada uno con consecuencia de sus obras y de su fe."

    Y por último, cada hombre después de la la muerte;

    "1022 (...)recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular que refiere su vida a Cristo, bien a través de una purificación (cf. Cc de Lyon: DS 857-858; Cc de Florencia: DS 1304-1306; Cc de Trento: DS 1820), bien para entrar inmediatamente en la bienaventuranza del cielo (cf. Benedicto XII: DS 1000-1001; Juan XXII: DS 990), bien para condenarse inmediatamente para siempre (cf. Benedicto XII: DS 1002)."

    Cristo, juez justo, establecerá:
    1: Bien la necesidad de purificación temporal (purgatorio) antes de acceder a la bienaventuranza (Si morimos en estado de gracia, pero con los efectos del pecado sin limpiar por completo),
    2: O su entrada inmediata en el cielo (Si cuando morimos nuestra vida ha sido completamente purificada de todos los pecados),
    3: O su condena en el infierno (si morimos totalmente apartados de Dios). [Cf. Corazones.org]

    En el próximo articulo vamos a hablar sobre el cielo, el purgatorio y el infierno por separado.

     

    El Juicio según mi apreciación

    Para mí, el juicio que recibiremos todos al morir, es un instante mucho más importante que aquellos que vivimos en nuestra vida terrenal, porque vamos a definir donde viviremos eternamente.

    Yo me imagino juicio, en una nube gigante donde mi alma se encuentra en el centro de aquella, en el frente veo al Padre Eterno, y a su derecha a Cristo Jesús.

    Al lado mío esta la Santísima Virgen Maria tomándome la mano, porque fue ella la que me vino a buscar para llevarme a la presencia del Padre y de su amadisimo Hijo. En la derecha veo a todos los santos sentados en una tribuna y especialmente veo fijamente al santo que le tengo más devoción que es el Padre Pío. a la izquierda veo a todo el coro de ángeles del señor, pero a los ángeles de la primera Jerarquía (Serafines, Querubines y Tronos) es la que se encuentra cerca de Dios y de Cristo.

    También puedo ver a los 11 apóstoles de Cristo, ¿Por qué 11? Porque San Pedro se encuentra en las puertas del Reino de Dios esperando a los que recibieron la aprobación de Dios para entrar en ella.

    En una bolsa que vino conmigo, llevó la cantidad de misas que asistí durante mi vida (1) En la hora le tu muerte, las misas oídas serán tu mayor consuelo.2) Cada misa oída con devoción será una prenda segura de perdón en la hora del juicio.3) Por cada misa oída puedes disminuir el castigo temporal merecido por tus pecados.[12 motivos para asistir a Misa]) y un ángel del señor le lleva esta bolsa a Dios como prueba de mi fe hacia él.

    Y el Juicio comienza con las palabras del Padre Eterno, nombrando mis virtudes y mis pecados cometidos en total (todos los que confesé y aquellos que no confesé), la Santísima Virgen se acerca a su Hijo para interceder por mí y para mi salvación, también habla el Padre Pío diciendo todo lo que sabe de mí.

    También si fui devoto del Santísimo Sacramento del Altar, del Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, Jesús se acordará porque tendrá en su Sagrado Corazón mí nombre como se lo prometió a Santa Margarita María de Alacoque (Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.)

    Después de todo eso, según lo que me imagino de como será mi juicio, el Padre Eterno da su veredicto.

    Lo que acabo de escribir es lo que me imagino yo sobre el juicio particular de las almas.

    sábado, 1 de marzo de 2008

    La naturaleza divina de Jesús

    Fuente:tengoseddeti.org

    g1a En el antiguo testamento Isaías había revelado al pueblo de Israel que el "Hijo de Dios" sería llamado el "Emmanuel" (7, 14), que en Hebreo traduce "Dios con nosotros". Igualmente, el mismo profeta en otro de sus apartes lo llamó también "Dios invencible" (9, 6). Del mismo modo, el nombre de "Jesús" quiere decir en Hebreo "Dios salva"; así lo identificó el Arcángel San Gabriel al anunciarle a la Virgen María su misión (Lucas 1, 31-33). Claro está, que el libro Bíblico donde más se hace alusión a la naturaleza divina de Jesús se encuentra condensado en el evangelio de San Juan; escrito en la ciudad de Efeso a finales del siglo I, por petición de los obispos de Asia, para refutar y aclarar el error teológico que empezaba a extender un hereje de nombre Cerinto en compañía de los ebionitas, los cuales negaban esta verdad de Fe.

    Las Sagradas Escrituras nos indican que "Jesús ha venido de Dios" (Juan 6, 46; 13, 13), bajado del cielo (Juan 3, 13), siendo de "naturaleza divina" (Filipenses 2, 6); "Porque todo lo que Dios es, se encuentra plenamente en la persona de Cristo" (Colosenses 2, 9). "Él es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es" (Hebreo 1, 3). "Nadie ha visto jamás ha Dios, el hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, es quien nos lo ha dado ha conocer" (Juan 1, 18). Dios quiso habitar en la persona de Cristo (Colosenses 1, 19), quien es de Dios (1Corintios 3, 23) y procede de Dios (Juan 7, 29; 8, 42). "Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha hecho que el Hijo tenga vida en sí mismo" (Juan 5, 26); pues la gloria de Dios brilla en la cara de Jesucristo (2Corintios 4, 6). "Cristo el que está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos" (Romanos 9, 5), es la imagen viva de Dios (2 Corintios 4, 4). Por esta razón, los fariseos lo atacaban porque siendo un hombre se hacía igual a Dios (Juan 5, 18; 10, 33).

    Percatados de esta verdad, Cristo Jesús fue por eso adorado por los magos de Oriente (Mateo 2, 11), por el ciego de nacimiento al que le dio la vista (Juan 9, 35-38), por las mujeres que se lo encontraron después de la resurrección (Mateo 28, 9), por los apóstoles cuando lo vieron regresar a la presencia del Padre (Mateo 28, 17; Lucas 24, 52) y también por los ángeles del cielo (Hebreos 1, 6). Cómo si fuera poco, el mismo Señor Jesús puso de manifiesto varias veces su naturaleza divina, pues "nadie conoce al hijo sino el Padre, ni al padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el hijo se lo quiera revelar" (Mateo 11, 27), "el que no honra al hijo no honra al Padre que lo envió" (Juan 5, 23). "Yo y el Padre somos una sola cosa" (Juan 10, 30), "el Padre esta en mí y yo en el Padre" (Juan 10, 38); porque "todo lo que tiene el Padre es mío" (Juan 16, 15). Por todas estas declaraciones, el Unigénito de Dios puede decir con autoridad: "Nadie va al Padre sino por mí, si me habéis conocido a mí, conocéis también a mi Padre, y desde ahora lo conocéis y lo veis" (Juan 14, 7).

    Asimismo, tanto San Pablo como San Pedro nombran a Jesucristo en sus cartas como "Dios y Salvador" (Tito 2, 13; 2Pedro 1, 1); título que también recibe "Dios Padre" (Daniel 6, 27, 1Timoteo 2, 3; 4, 10; Tito 3, 4). Es más, en la resurrección del Mesías, el apóstol Tomás exclama maravillado y convencido: "¡Señor mío y Dios mío!" (Juan 20, 28); comparar con (1Reyes 3, 7: Salmo 86, 12). Por su parte, el apóstol San Juan concluye diciendo: "Vivimos unidos al que es verdadero, es decir, a su hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna" (1Juan 5, 20); comparar con (Juan 17, 3).

    Horus. ¿El Cristo egipcio?

    horus.jpg.rZd.135642 Hay un "documental" que intenta demostrar que la religión cristiana no es más que una copia de otras religiones antiguas. En este articulo nos centraremos en el dios egipcio Horús, que se nombra en el documental. Esto es lo que se dice con respecto a Horús:

     

    Las historias Jesús y Horus son muy similares, con Horús contribuyendo al nombre de Jesús Cristo. Las leyendas de Horús se fechan hace muchos millares de años, y él comparte los siguientes campos en común con Jesús:
    Horús nació de una virgen el 25 de diciembre.
    Él tenía 12 discípulos.
    Fue crucificado, lo enterraron en una tumba, y fue resucitado al tercer día.
    Él era también "El camino, la verdad, la luz, el salvador, hijo ungido del dios, el buen pastor," etc.
    Él realizaba milagros y levantó un hombre, El-Azar-us, de los muertos.
    El epíteto personal de Horús era "Iusa," "el hijo que siempre se convertía" de "Ptah," el "padre."
    Le llamaban Horus "el KRST," o el "Ungido," .
    En hecho, en las catacumbas en Roma hay imágenes del bebé Horus que es sostenido por la madre virginal Isis - la "Madonna y niño" original - y el Vaticano mismo se construye sobre el papado de Mitra, quien tiene muchas características en campo común con Jesús y quien existió como un dios mucho antes que el carácter de Jesús fuera formalizado. La jerarquía cristiana es casi idéntica a la versión de Mitra que substituyó

    Primero, pregunte monos ¿Quién era Horus? ¿Cuál es su papel dentro de la religión egipcia?

    Horus, "el elevado", dios celeste y dios sanador en la mitología egipcia. Se le consideró iniciador de la civilización egipcia.

    Nombre egipcio: Hor. Nombre griego: Horos. Deidad griega: Apolo Febo. Nombre latino: Horus.

    "Fue escondido por su madre Isis y lo dejo al cuidado de Thot, dios de la sabiduría, que lo instruyó y crió hasta convertirse en un excepcional guerrero; al llegar a la mayoría de edad, ayudado por los Shemsu Hor luchó contra Seth para recuperar el trono de su padre, asesinado por Seth. Seth quedó como el dios del Alto Egipto y Horus del Bajo Egipto. Posteriormente Horus fue dios de todo Egipto, mientras que Seth era dios del desierto y de los pueblos extranjeros. Representa la lucha entre la fertilidad del valle del Nilo (Osiris) y la aridez del desierto (Seth).

    Más adelante dejó el gobierno a los reyes míticos, denominados Shemsu Hor, según la tradición.

    Como dios solar, Horus defiende la barca de Ra, con la ayuda de Seth, contra la gran serpiente Apofis. Además es el protector de Osiris en el inframundo egipcio, o Duat. Durante el juicio de Osiris, según el Libro de los Muertos, es el mediador entre el finado y Osiris."

    Después de esta pequeña reseña de la leyenda de Horus dentro de la doctrina egipcia. Podemos decir que todo lo que se quiso decir en relación a comparar la historia del Cristo con Horus son invenciones de gente malintencionada que distorciono la historia para calumniar a la creencia cristiana de ser falsa, sin fundamentos y de copias de otras religiones.

    Para aquellos que todavía no les quedo claro, voy a dejar unos links de paginas de egiptología de gran respeto, donde se presenta la verdadera historia, que son sacadas de los papiros del libro de los muertos egipcio y de la arqueología.